18 julio, 2007

Sentimiento a la deriva

Siempre fuí impulsiva, los que me conocen saben que mis pasos los marca mi corazón, que me muevo al son de sus pálpitos. La cabeza también ayuda, pero, es una sierva dócil que asume aquello que el corazón le impone.

Y últimamente el muy traidor manda mucho! Y quiero, necesito, pararle los pies... De normal navego en el mar de las pasiones con su faro como guía, pero, siento que naufrago, que algo me impide continuar mi camino. Sigo una luz parpadeante que no me merece demasiada confianza. Segura de fracasar.

Y aunque consiga llegar a puerto, estoy segura de que volveré a embarcarme de nuevo, con las mismas condiciones suicidas, exponiendo alma y corazón. Sin valorar los daños y sin dudar que los sufriré.