A veces alguien a quien creías conocer te sorprende con un cambio de 180º, y quizá incluso le extrañe tu desconfianza, pero, me temo que es algo humano dudar cuando algo bueno aparece sin más.

No tengo más remedio que confiar. Cruzaré los dedos porque dure mucho, a ser posible, eternamente. Pero, los cruzaré solo un segundito y volveré a abrir las manos de par en par, para recibir todo lo que la vida y mi amor, parece ofrecerme ahora.

Ayer y hoy.

Cómo pasa el tiempo.

Cómo te cambia la vida.

Mirar atrás y reconocerte medio borrosa,

sin saber muy bien cómo se ha llegado hasta aquí.

Dónde se abandonó el camino que se había trazado.

Se me confunden las ideas, intento ordenarlas en voz baja,

sin molestar. En soledad. Pero es complicado ordenar un cajón sin sacar su contenido.

Por ello retomo este blog, después de tanto tiempo.

Confiando en saber poner algo de orden desde aquí.